domingo, 8 de mayo de 2011

Retrato

De lejos, te pierdes, te pierdo. Se borran las luces, no veo tus maneras de ser.
Se me ocurre tomar el pincel, abrir la acuarela.
Si me acerco un poco más me daría el gusto de hacer un juego con sus sombras y sus brillos, porque tengo la impresión de que dibujándolo pueda tenerle un poco más cerca de lo permitido, incluso teniendo en cuenta de que este esbozo nunca será proporcional en toda su extensión.
A decir verdad, mientras más te acercas a la perfección, más me alejo yo de mi buen juicio.La aproximación a sus formas y sus trazos es como quedar cegada por el subjetivismo, por lo que no debo ser yo quien juzgue mi obra.
Una vez concluído el efecto fue inmediato; he recibido la inmensa satisfacción de dibujar mi propia fragilidad, qué debilidad la mía de no ser capaz de desligarme de él, de tener que admirarle clavándome cada vez más hondo el aguijón, de culparme por decir con la mano, de tener que continuar en el papel para así distraerme y dejar de pensar.



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