Me dedico a vivir, no sé cómo ni para quién, sólo vivo pensando en el para qué de todos mis sacrificios, mis luchas constantes, mis caídas o mis temores tortuosos que me impiden seguir. Nadie dijo que vivir era fácil, y si lo fuese supongo que nada cobraría de valor. Persigo mis sueños y me los propongo todos los días para no bajar la guardia estando en vigilia o durmiendo con los ojos entre-abiertos. A veces se ve tan fácil seguir de pie, caminando entre las espinas o entre azahares como una especie de suerte a ver si te toca esto o lo otro,con el objetivo ante tu vista pero que a veces se te escapa por el miedo a seguir. Trato de no mirar hacia atrás o al menos lo intento, los recuerdos no se pueden borrar de la memoria porque pierdes algo de ti misma. Sin embargo trato de evadirlos siempre para seguir siempre el mismo rumbo, aprendiendo, enfrentando y analizando los laberintos que puedan presentarse para luego así continuar siguiendo la luz. Quisiera pensar que detrás de aquel laberinto habrá alguien aguardándome, que la meta comenzará a acercarse, que podré ver el sol que tanto me ha costado buscar. Tengo muchos sueños, quiero viajar, ser exitosa, tener una familia y entrar al municipal. Es difícil no echar a volar la imaginación, cuando es esta misma la que construye mi realidad. De ella dependo, y es un bien necesario dentro de mi calendario.
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