lunes, 10 de enero de 2011

Delirios

Volver a aquellas noches furtivas
donde el aire porteño nos cobijaba como si fueran sábanas;
y sobre sábanas
se movían como mareas,
como serpientes furiosas de hambre
tus ávidas manos.

Entrar la lengua, sacarla;
quedarse en silencio para que luego las bocas se fusionen y jueguen al contacto
quedando bajo una única saliva, bajo una única frecuencia, luego de la inevitable fusión.

Aumento de la temperatura, disminución de los sentidos.
Ya no importa nada más que estar sólo(solos) una noche, nada más que una
de vuelta a aquellos días
en la misma almohada, bajo la misma colcha
que pernocta sigilosa para no molestar a los vecinos.

1 comentario:

Fabian Vargas dijo...

qué ganas de repetir aquellos instantes donde solo importaba el maravilloso salto de amar. Donde sobraban excusas para sentirse parte del otro, donde no cabía un rayo de caos, solo armonía necesaria para ser felices. Pero así como uno quiere reinvocar aquellos maravillosos momentos, podremos vivir momentos igual de maravillosos y distintos, tenemos muchos sueños por cumplir mi Bonita, pero con cuidado, paso a paso y siempre valorando todo el amor que levanto este romance. Te amo mucho Bonita