Creo que fue en La Moneda la última vez que te ví, fue en ese lugar donde nos dimos nuestro último adiós. Yo estaba algo cambiada, para qué decir tú. Estaba empezando de nuevo, y tu agotabas todas mis baterías con tu vida de desvelo, marihuana y cervezas. Y mira que no me equivoqué al precipitarme con anterioridad al hecho; no debería haber sabido todo lo que me contaron de tí. Aún así, a veces cuando paso por el metro me es inevitable recordar todos los andenes que pisamos, todos los asientos que ocupamos, todas las calles que nos cruzabron que nos terminaron dejando apartados definitivamente hacia un nuevo lugar. Es como si nos hubieran sectorizado por sexo y estrato social.
Estación Central, Parque Bustamante, Universidad de Chile. Aún intento con esfuerzo conservar nuestros buenos momentos, sin embargo ahora que cambié de recorrido, nuevas estaciones se agregaron a mis memorias. Plaza de Maipú, Las Parcelas, Cal y Canto, Cerro Blanco.
De a poco, mirando por la puerta del coche y haciendo optokinesis, voy acercándome ya hasta la próxima estación: Santa Ana.
Hora de hacer combinación.
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